Un tañido monótono y triste quebró la quietud que reinaba a primera hora de la tarde en Alcublas, municipio de los Serranos con apenas 800 habitantes censados. Las campanas anunciaban la muerte de alguien, pero en esta ocasión no se trataba de un vecino. El párroco, Miguel Ángel Bondia, había ordenado tocar a difuntos como señal de repulsa a la nueva ley del aborto nada más la aprobó el Gobierno el pasado jueves.
«Salimos a la calle alarmados para enterarnos de quién había muerto, si vivía en el pueblo o era de los que se han marchado a Valencia», comentaba ayer una residente en Alcublas. Nadie se lo explicaba. Los volteos no eran uniformes. Una vez encadenaban tres tañidos. A la siguiente, sólo dos.
«De esta forma se distingue si quien ha fallecido es un hombre o una mujer», aclaró esta vecina. La mujer recorrió algunas calles de Alcublas, preguntaba a los vecinos, pero en ninguna de las casas se percibían muestras de dolor.
Finalmente, la vecina se encontró con un grupo de mujeres, las cantoras de Alcublas, que en ese momento salían de misa. «Ha sido el cura, que ha ordenado tocar a difuntos por los niños que no van a llegar a nacer como consecuencia de la ley», explicó una de las integrantes de la comitiva.
La mujer se mostró contrariada: «Por lo menos podrían haber hecho un bando avisando, porque nos hemos llevado un buen susto». Mari Luz, otra vecina de Alcublas, también se lanzó a la calle nada más escuchar el repicar de las campanas. «Pensé que las estaban arreglando, pero salí preguntando si había muerto alguien. No estoy de acuerdo con la ley del aborto, pero tampoco asocié el tañido con que la habían aprobado».
Hubo otros vecinos que ni siquiera se dieron cuenta de lo sucedido. «Si es que el pueblo está vacío durante la semana», recalcó Mari Luz. «Yo estaba en casa, pero ni siquiera le di importancia», señaló otro habitante.
Fuentes cercanas a la parroquia precisaron que el toque a difuntos «rechaza una ley que permitirá abortar a niñas de 16 años sin consultarlo a sus padres». Según algunos feligreses, el cura aboga en sus homilías desde que se proyectó la reforma de la ley del aborto por la defensa de la vida «de la concepción hasta la muerte».
El párroco de Alcublas tiene también a su cargo la aldea de Osset, en Andilla. LAS PROVINCIAS se puso en contacto con el religioso, pero este se negó a realizar declaraciones.
